Desde que empezamos, el proyecto nos ha ido llevando por caminos que no habíamos previsto, generándose un aprendizaje colectivo a través de diferentes acciones.
Al comenzar, aprendimos que existen alrededor de 20.000 especies de abejas distintas en el planeta, en su gran mayoría abejas solitarias. Sólo en España, hay 1.000 especies diferentes, de las cuales sólo dos producen miel. También, hemos podido entender la potencialidad de las áreas urbanizadas para acoger la biodiversidad. Respecto a la polinización, hemos comprendido que la ausencia de flora significa falta de alimentación para muchas especies de insecots: cuanta mayor diversidad de flora exista, mayor disponibilidad de alimento y, por tanto, mayor diversidad.
Hemos generado lecturas del entorno urbano atendiendo a estas interdependencias y “alianzas multiespecie”. ¿Y si en lugar de “abeja”, “tierra”, “malva” pensamos en los nombres que tendrían las alianzas entre ellas?