Para llevar a cabo la limpieza de las latas enterradas en la tierra del parterre, se hizo una llamada que consiguió movilizar a gran parte de la comunidad universitaria. A través de un evento y gracias a esta energía colectiva, se liberó el parterre de las latas y se pudo empezar con la creación de la isla de biodiversidad.

Posteriormente, las latas recogidas se transformaron en bancos, que se instalaron al lado del parterre para generar zonas de encuentro y descanso y poder disfrutar de él.